Es uno de los complementos de los que más dependemos, en especial aquellos que vivimos de los segundos que podemos rascar y que el tiempo nos cede. El reloj es el gran protagonista del día a día, dependiendo de él en cualquier momento y convirtiéndose en uno de los objetos de deseo de los grandes coleccionistas, para los cuales la sofisticación y la funcionalidad son dos requisitos necesarios para una pieza.
Dos cualidades que forman parte de la filosofía de Tissot, una firma caracterizada por ser ‘innovadores por tradición’, como bien refleja su lema, y que, desde su creación en 1853, ha formado parte de los grandes referentes relojeros suizos. En esta ocasión, su línea Couturier cuenta con un nuevo modelo, el Small Second, que destaca por su llamativa esfera asimétrica caracterizada por la posición de los dos contadores, que gravitan hacia la una y dejan al indicador de fecha con una inusual ubicación a las nueve.
Este reloj, que cuenta con materiales contemporáneos de calidad y un movimiento automático sumamente preciso, es el resultado de la unión de la elegancia y el lujo, convirtiéndolo en un artículo de alta costura típico de los grandes relojeros del siglo XXI.