Al observar con pausa y detalle cada uno de los seis modelos que componen la colección Gran Shar de la exclusiva firma relojera suiza Dubey&Schandelbrand, resulta imposible no pedir un tiempo de silencio como el que mentaba Martín Santos, título mediante, en su primera, última y única novela completa.
Claro que nuestro tiempo de silencio es distinto, es el justo y necesario para rendir veneración a una firma que camina con paso firme hacia el siglo de existencia sin renunciar a la artesanía en sus relojes; hechos a mano, cuidando cada pequeño detalle y cada gran innovación, mimando el diseño como en sus primeros años y manteniendo el estilo y distinción de antaño; no es vano el actual dueño y director de la firma, Jonatan Gil, se hizo con ella en 2009 tras enamorarse primero de la manufactura, elegancia y buen gusto de sus relojes.
La colección Grand Shar se presenta como un mundo de contrastes: frente a la clasicidad de su esfera circular, la vanguardia en el diseño y ubicación de los detalles y funciones en ella; frente al plata, negro y gris, oro y piel negra o tostada y en todos sus modelos -los seis que componen esta colección- la elegancia, fuerza y solvencia de la manufactura suiza en el tiempo y su silencio.
Caja de acero u oro, cristal de zafiro antireflejos, cronógrafo automático grabado y montado a mano, tornillos azulados, números romanos y pulsera en piel de cocodrilo componen un reloj -o seis- únicos.
Es pues tiempo de silencio para disfrutar de la artesanía suiza en el fondo y en la forma.
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