Relojes

Tiempo de paddock

Longines recupera la estética de los cronógrafos que llevaban los jinetes en el siglo XIX.

Chantilly, Hong Kong, Royal Ascot, Dubái… los aficionados a las carreras hípicas sabrán de qué estamos hablando. Son los nombres de los hipódromos más prestigiosos del mundo, en los que se negocia, se apuesta y también se luce estilo, clase y elegancia. Los paddocks suelen estar llenos de aficionados a los que, además de gustarles sentir la tensión y las emociones a flor de piel que provoca cada carrera de caballos, les fascina la moda.

La firma Longines ha decidido rescatar la estética clásica característica de los cronógrafos que llevaban los jinetes de Nueva York y algunos aficionados en 1881. Y lo ha hecho en una línea elegante, con líneas puras y diseño atemporal que recibe el nombre de Conquest Classic. La historia de la marca siempre ha estado estrechamente ligada al deporte, por lo que la calidad, la precisión y el rendimiento son sus máximas desde que se fundara en 1832.

Para ellas hay cuatro modelos, el primero con correa de piel de cocodrilo, uno en acero, otro en oro rosa y un tercero que combina los dos últimos materiales. Todos cuentan con un diámetro de 29,50 mm, calibre automático, cristal de zafiro, una caja engastada con 30 diamantes, y una femenina esfera de nácar blanco. Para ellos, las mismas características pero con un diámetro de 41 mm. Todo un capricho que la casa relojera suiza ha querido acercar a los amantes de las carreras hípicas más exigentes y exclusivos.

Esta línea de cronógrafos es fiel a la elegancia propia de la casa, a su tradición y esencia. Por eso, independientemente de cuál resulte el caballo ganador, Longines Conquest Classic siempre será una apuesta segura.