A simple vista puede no parecerlo. Pero sí, en verano el tiempo sigue avanzando al mismo ritmo, aunque a veces percibamos justo lo contrario. La única manera de controlarlo es elegir muy bien con qué ojos lo miramos y en qué reloj lo consultamos. El resto está lejos de nuestro alcance y se rige solo por un repetitivo tic tac.
TechnoMarine inaugura la temporada veraniega por todo lo alto. Y es que la casa suiza está de doble celebración. En primer lugar, ha abierto una Pop Up Store en la mítica ciudad de Saint-Tropez, el destino más codiciado para esta época del año. Y también ha lanzado una edición limitada con una colaboración de lujo: el artista Frank Bouroullec.
Solo se distribuirán 20 piezas de este reloj diseñado por Frank Bouroullec, que irá acompañado de una litografía firmada por el artista; y, con motivo del lanzamiento, Bouroullec expondrá sus en la nueva pop up de la Costa Azul. El reloj tiene un estilo étnico muy atrevido, con una calavera tribal que domina su esfera y le otorga un aire bohemio y rebelde al mismo tiempo.
Frank Bouroullec, conocido por los enormes lienzos que dibuja en directo en sesiones de música, afirma que “la calavera nos hace reflexionar sobre lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos”. Por este motivo ha elegido este símbolo, queriendo decir que la muerte no es el final, de ahí su sonrisa. Una combinación excepcional entre el espíritu libre de la firma TechnoMarine y la imaginación desbordante del artista.