Arte

Panerai e il tempo del Duomo

El Duomo de Florencia vuelve a medir su tiempo horas desde el amanecer en adelante...

El Duomo de Florencia -la basílica de Santa  representa una estampa de esas que, por más veces que la miremos y observemos, por más fotografías que le hagamos o encontremos, por más que la visitemos... no nos cansa, no nos acostumbramos a su grandiosidad sino todo lo contrario, nos atrapa en su belleza; a esa belleza suma mucha magia la cúpula de Brunellesci o el campanario de Giotto y ahora también en su tempo.

El reloj del Duomo de Florencia lleva en su mecanismo el peso de un tiempo que se cuenta por siglos y por decisones variopintas en cuanto a su aspecto y funcionamiento; el último capítulo de esta historia lo ha escrito Panerai en colaboración con la Opera di Santa Maria del Fiore y en las personas de Andrea Palmieri y Ugo Pancani, ambos han sido los responsables de la última restauración del reloj del Duomo de Florencia.

El reloj vuelve de nuevo a marcar la hora y lo hace con su aspecto primero, el que soñó e ideó para él su creador, Paolo Uccello y al que colocó su mecanismo primero el relojero florentino Angelo di Niccolo; el tempo de este reloj es itálico y se mide por horas en números romanos: la hora bruja, nuestras 12 de la noche, es en la hora itálica el amanecer y así el reloj del Duomo comienza a contar las horas al amanecer, las cuenta de una en una con una única aguja que se desplaza hacia la izquierda; además, se ha recuperado la costumbre por la que este reloj de mecanismo silencioso vuelta a hacer sonar las campanas del Duomo seis veces al día: a las 7, las 11,30 y las 12 de la mañana, una hora antes de la puesta del sol, a la puesta del sol y una hora después marcando el final del día y el inicio de la noche. Nos resultan, sin duda, horarios como poco extraños para el sonar de las campanas y cabe que hoy lo sean pero se mantienen así -tal y como han estado en el discurrir de los siglos en reloj- por el mismo motivo por el que se ha recuperado su aspecto y mecanismo y esencia primeras: porque el trabajo de Paolo Uccello no merece menos.

Si miramos el reloj del Duomo -uno de los más antiguos del mundo- de dentro hacia fuera, tendremos que subir una estrecha y empinada escalera para acceder a su mecanismo, que ha sido fabricado en hierro y latón y se sustenta sobre un bastidor cuadrado de hierro forjado; fuera, una vez retiradas dos capas de pintura que ocultaban el diseño original de Uccello, luce ya en todo su esplendor.

La Bottega Panerai está situada frente al Duomo de Florencia, lo mira y lo ve cada día... ¿cómo no embarcarse en la aventura de darle de nuevo su tempo a tan magnífico edificio?.