Relojes

OTTANTASEI. Bovet by Pininfarina

El OTTANTASEI es un reloj espectacular, fruto del trabajo conjunto desarrollado por Bovet y los turineses de Pininfarina.

Si alguien se había preguntado alguna vez cuál sería el resultado de unir uno de los más prestigiosos estudios de diseño italiano con una de las grandes maisons de la alta relojería suiza aquí tiene la respuesta.

El origen de este guardatiempos se remonta al año 2008, cuando se cruzaron los caminos de Pascal Raffy, propietario de Bovet, y de Paolo Pininfarina. De aquí nacería el primer reloj de la serie OTTANTASEI, una pieza que celebraría el 80º Aniversario del estudio de diseño turinés. Una de las premisas en su concepción fue que únicamente se fabricarían 86 de estos movimientos. Desde entonces, las distintas referencias del OTTANTASEI han ido apareciendo en ediciones muy limitadas a la vez que se reducía, obviamente, el número de calibre disponibles.

El modelo que Bovet lanza en este 2018 limitará su producción a tan solo 10 piezas lo cual hace que, obvia e irremediablemente, se convierta en una pieza codiciada por los coleccionistas. En esta ocasión la caja es de platino con un diámetro de 44 mm y una altura de 12 mm. La carrura, la parte lateral de la caja, es de cristal de zafiro abriendo una venta poco habitual para la observación del corazón del reloj. Hecho poco habitual en relojería, la caja y el movimiento del OTTANTASEI se concibieron como un todo. El uno no puede vivir sin el otro y viceversa. El conjunto desprende una sensación de ligereza notable tanto en lo que a peso como a percepción visual se refiere. La ausencia de una esfera al uso contribuye de manera notoria a este hecho. Así, contemplándola, tenemos acceso a la visión de las entrañas de este reloj con únicamente tres interrupciones. Las justas e inevitables. A la izquierda, la indicación de la más que generosa reserva de marcha de 10 días, a la derecha la correspondiente a horas y minutos y, finalmente, a las 6, el órgano regulador de este OTTANTASEI, un tourbillon volante de doble cara patentado, claro.

El delicado espectáculo que ofrece la cara de este guardatiempos se repite, si no aumenta, al darle la vuelta para contemplar su trasera. Una maravilla en todos los sentidos que se completa con una correa de caucho de color negro con un cierre del tipo hebilla manufacturada en titanio.