Nicholas Hoult y Anya Taylor-Joy reflexionan, con un Jaeger-LeCoultre bien ceñido a la muñeca, acerca de la auténtica fuente del éxito que no es otra que el duro y constante trabajo que uno hace cuando nadie está mirando, un trabajo invisible como el de los relojeros.
Este fashion film celebra no sólo el trabajo duro y el esfuerzo, sino también la paciencia, práctica y el talento, la dedicación en busca de la excelencia y la excelencia misma... así es siempre el arte y el oficio de la relojería.
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