Entre los griegos, las mariposas eran un símbolo de la divinidad femenina. Más tarde se alejaron de sus connotaciones puramente de identificación sexual y volaron alto hasta borrar las líneas de la materia y se identificaron con el alma. Esta asociación la han hecho desde tiempos remotos aztecas, mayas o maoríes… En la cultura popular asiática, el más bello de los insectos se asocia al amor y la longevidad y es precisamente en esta vertiente en la que se ha inspirado Omega para dar vida a la línea De Ville Butterfly.
Las mariposas se convierten en el alma de las nuevas creaciones, que se inscriben en el marco de la colección De Ville Prestige, el espejo de la elegancia y el diseño. Omega recopila relojes en su esencia clásicos, pero completamente renovados para las mujeres del siglo XXI.
Los relojes Omega De Ville Butterfly son delicados, refinados y muy sofisticados, como su mejor embajadora, la actriz australiana Nicole Kidman. Las mariposas le insuflan un encanto especial a las esferas, disponibles en plata, champán y madreperla. Se ha utilizado un mismo diseño para su decoración guilloché, realizado con una técnica denominada “ramolayage” con la que se recrea el acabado cepillado circular. Los relojes más deslumbrantes llevan engastada una mariposa con diamantes entre las 7 y las 8 horas.
En cualquiera de sus versiones, Omega De Ville Butterfly rezuma elegancia, sofisticación, glamour... Los relojes están disponibles con caja en acero o acero/oro de 32,7 mm y movimiento de cuarzo. Para abrazarse a la muñeca se puede elegir una pulsera de piel en blanco o brazalete de acero o bicolor acero/oro.
Los modelos con mecanismo automático Co-Axial se declinan con cajas de 32,7 y 36,8 mm en acero, oro blanco, rosa o amarillo o en oro combinado con acero. Están disponibles con pulsera de piel en blanco o brazalete.
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