La mujer se está convirtiendo en el foco de atención de las grandes marcas relojeras. Son cada vez más las propuestas mecánicas dirigidas solo a ellas. Sí, relojes mecánicos pero con el encanto y la magia de la feminidad. El primer reloj femenino de la firma suiza Christophe Claret fue Margot. Era un reloj que concedía “prioridad a la mujer”. No era una versión de un reloj masculino. La complejidad femenina se mira y se encuentra en relojes cada vez más complicados.
Marguerite es el reloj femenino con el que este año la manufactura Christophe Claret sigue jugando con el tiempo que solo pertenece a la mujer. Marguerite forma parte de la línea Margot.
Los relojes Marguerite son en realidad una fábula relojera. Dos gráciles mariposas revolotean alrededor de la margarita que ocupa el centro de la esfera y despliega todo su encanto con sus pétalos lacados en blanco. Las mariposas no pueden resistirse y giran alrededor de la flor acompañando al tiempo. En este reloj hay técnica y poesía. Las mariposas, bañadas en Superluminova azul, naranja o roja –según versión-, tienen un fuerte simbolismo. La más oscura representa a la mujer y es la que marca la hora. La más clara simboliza al hombre y es la que indica los minutos. Esta mariposa aletea alrededor de la esfera de nácar blanco y lo hace sobre el extremo del tallo que está fijado al delicado pistilo de rubíes o zafiros azules.
Christophe Claret dice que Marguerite es su reloj más romántico porque “transforma la pasión amorosa en la esencia de las fantasías íntimas”. El reloj Marguerite da más que las horas. Oculta un mensaje deliciosamente esperanzador que se desvela con un sutil gesto. Al presionar el pulsador de las 2 h, los números desaparecen y en su lugar se muestra la frase : “Il m’aime passionnément» (Me quiere apasionadamente).
Para crear esta ilusión óptica, el relojero Christophe Claret se inspiró para ello en un juego de magia, en un truco de magia en el que desaparece una carta y otra ocupa su lugar. Es la primera vez que esto ocurre en un reloj. Y ocurre con un cambio de esferas que Christophe Claret consigue con la superposición de dos discos. La firma así lo explica: “El disco superior de zafiro transparente metalizado con mosaico de cuadrados transparentes gira sobre el disco inferior fijo de nácar revestido con otro mosaico barnizado en azul o negro y tampografiado con el texto y los números. Al soltar el pulsador, vuelve a aparecer al instante la visualización de la hora”. Y con este truco de magia, el amor llega en cualquier momento.
Este reloj, ideal para cualquier declaración de amor, además de incorporar un mecanismo muy romántico –de carga automática con reserva de marcha de 72 horas (por si el enamorado necesita tiempo para dar el gran paso)- presenta una caja de 42,50 mm con un diseño audaz. En oro rosa o blanco, adorna su bisel con dos tipos de engaste diferente. Hay dos versiones con engaste de copos –la versión de Christophe Claret del engaste de nieve- y otras dos con engaste en disposición de champán pues los diamantes parecen burbujas que brindan por el triunfo del romanticismo.
Christophe Claret llena de poesía hasta los lugares del reloj más recónditos. La masa oscilante del mecanismo tiene esculpida una margarita con 8 rubíes engastados. ¿Quién se atreve a jugar y deshojar la margarita, a arrancar sus pétalos con una mirada femenina distraída como se hacía en el siglo XVIII? Para jugar, el reloj tiene que estar en posición horizontal y los movimientos deben ser ondulantes. La margarita girará como una ruleta unos segundos antes de pararse y ofrecer la respuesta. El rubí más próximo al corazón lacado en rojo dará la respuesta, un sí o un no.
El reloj Margot está disponible en edición limitada desde julio y de cada una de sus 4 versiones Christophe Claret ha creado solo 30 unidades.
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