Para hablar de la felicidad, aunque sólo sea de forma conceptual, primero nos gustaría hacer un pequeño apunte hacia la libertad, porque aquí todo tiene que ver. Y para este menester, queremos empezar, sin resultar pretenciosos, citando a Cervantes, que en El Quijote ya advertía, en una conversación entre el ingenioso hidalgo y su fiel escudero, aquello de que "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones (...) por la libertad (...) se debe aventurar la vida".
Nosotros suscribimos esta afirmación, y nos aventuramos además para añadir que es la capacidad, el estado y la facultad natural por excelencia, y que de querer asociar a la libertad con algunas sensaciones, estas podrían ser las de satisfacción, bienestar, o felicidad.
Y de ahí el apunte inicial, porque de la unión de estos dos conceptos, nació hace ya 38 años, la línea más vital de Chopard, sus Happy Diamond. Una flechazo de Ronald Kurowski y por los diamantes desmontados, que dio como resultado un proyecto: el de dejar que estos se movieran con total libertad en la esfera de un reloj. El concepto residía en una esfera insertada entre dos cristales de zafiro, y su primer modelo estuvo pensado para un público masculino, aunque la línea femenina surgió casi sin plantearlo.
Tras esto su creatividad hizo el resto, y los Happy Diamonds conquistaron anillos, pendientes y colgantes, que desde entonces, se mueven con total libertad en esta serie de la firma joyera francesa, para la felicidad de muchas, y la admiración de quienes disfrutan observando y luciendo las piedras más preciosas del mundo.
Y de ahí esta campaña, la que ilustra la actitud que desde 1976 en Chopard, impregna una de sus colecciones más conocidas, definiendo un estado de ánimo y un estilo de vida que toma forma en sus joyas y en sus relojes.
Happy bubbles, Happy curves y la línea de relojes Happy Sport con apartado de customización online, completan su legado que en 2015 sigue acumulando sonrisas.
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