El cine tiene siempre algo de evocación y sueño aliñado con unas gotas de emoción; y ésto ocurre, si cabe, más en el cine de los glamourosos años 50 y aun más si hablamos de Fellini y sus mujeres en la ciudad eterna.
Esa es precisamente la inspiración de la nueva colección de joyas y relojes de Chopard: Giulietta Massina en La Strada de Fellini -su marido- fiel al rudo Zampanó; ella en su inconfundible belleza sobre un suelo único, el de la ciudad de Roma adoquinada en sanpietrinos, que no son más -ni menos- que los ladrillos a los que la Plaza de San Pedro cede una variante de su nombre, son las calles de la ciudad eterna...
Y así, alrededor del glamour de los 50, del encanto del cine en blanco y negro, de la sensusal belleza de las mujeres de Fellini y de la magia de la ciudad de Roma y sus calles, renace La Strada, esta vez convertida en una colección de joyas de Chopard.
La creatividad cinematográfica de Chopard se compone en oro blanco, rosa y amarillo, en sutiles y delicados colgantes e inconfundibles anillos a juego con sus pulseras... y toma forma, sobre todo, en el tiempo medido en un reloj, o en varios.
Los relojes de La Strada, en los tres oros -en línea con las joyas con las que comparten coleción- engastados, pulidos o íntegramente realizados en pavé, mantienen un diseño elegante y femenino con sus cadenas de sanpietrinos artesanalmente engarzados.
La Strada es una muestra incontestable de la clasicidad de la elegancia... y es de Chopard.
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