Si tienes en tu entorno a alguien loco por los relojes debes compartir este enlace con él. Los locos por los relojes son esos tipos que, antes de mirarte a los ojos o a la sonrisa o a otras partes inconfesables, echan un rápido vistazo a tu muñeca y te califican por lo que llevas en ella. Definitivamente. O sea que si ese día te has puesto el reloj enorme de plástico rojo que te regalaron en la pizzería te habrás condenado a sus ojos. Y no tendrás otra oportunidad. Los fanáticos de los relojes lo saben todo acerca de complicaciones y mecanismos y ajustes y husos y esferas. Y un lanzamiento como este que comentamos les puede volver locos de puro placer.
Se trata del Gran Lange 1 ,,Lumen” (no me he equivocado al escribirlo...) y su historia es bien bonita. Resulta que su hermano mayor, el Lange 1, incluía una novedad que supuso un revulsivo para el diseño en relojería. La esfera se colocó de forma descentrada para hacerle sitio ¿a qué? Nada menos que a la indicación de la fecha más grande que se había visto hasta el momento y que había sido considerada como imposible por quienes fracasaron al intentar crearla. El mecanismo que había dado lugar a semejante proeza quedaba oculto por la esfera maciza de plata. Así que, el Lange 1, se convirtió en un reloj imitadísimo… pero a medias.
Pues bien, los de A. Lange & Söhne parece que querían celebrar de un modo especial la llegada del 2.013, año sin duda singular, y han editado 200 ejemplares de este Gran Lange 1 ,,Lumen”. ¿Y qué tiene de singular? Pues que desvela, al fin, el secreto de su antecesor: la superficie de cristal de zafiro permite contemplar el mecanismo de disco de la gran fecha. Además luce en la oscuridad. Este modelo fosforescente está fabricado con caja de platino; las indicaciones de horas, minutos y segundos y el anillo exterior son de plata ennegrecida.