Aunque la historia de la relojería que iniciara Abraham Louis Breguet está llena de personajes de los que han construido la historia política de los últimos dos siglos, pocos como Carolina Bonaparte, Carolina Murat, Reina de Nápoles, han resultado tan significativos para la gran relojera suiza. Es la otra historia, una historia de pasión y admiración. Como la de la colección Reine de Naples a la que pertenece el nuevo Reine de Naples Princesse 8965.
Nada íntimo y todo íntimamente unido. Porque los comienzos de la marca relojera Breguet parecen ligados a la historia de Francia. En un mundo en cambio, Breguet cambió con sus innovaciones e invenciones, también el de la relojería. La otra revolución, discreta y fundamental. Porque lo que siempre nos llama la atención de Abraham Louis Breguet es que desde que decidiera dar el salto de aprendiz a fundar su propia casa relojera en 1775 contó con tal admiración y respeto por todos los gobernantes de Francia que si la misma reina consorte de Francia, Maria Antonieta, esposa de Luis XVI y éste mismo eran clientes de Breguet, de sus magníficos y no baratos relojes, con la caída en desgracia y el ajusticiamiento de éstos con la Revolución Francesa ante un pueblo que los acusaba, más a la reina, de derrochar mientras Francia pasaba hambre, Breguet siguió en las siguientes décadas recibiendo encargos de lo más granado de una sociedad convulsa, el mismo Napoleón Bonaparte llevaba en sus campañas relojes de Breguet y una vez que acaba con la Primera República y la Revolución con el golpe del Consulado y al tiempo que se convierte a si mimo en Emperador de Francia y Rey de Italia, se hace gran cliente de Breguet. Y no sólo él, también su esposa, la Emperatriz Josefina, e incluso su hermana, Carolina Bonaparte.
Pero la historia de Carolina Bonaparte está especialmente ligada por una pieza única a la de Breguet. Casada con uno de los más cercanos militares de su hermanos, Joaquín de Murat, al que Napoleón compensaría sus servicios en la campaña de Egipto nombrándole general, al que confiaría su seguridad durante el Consulado por su implicación leal en el golpe de Estado, y al que acabaría nombrando no sólo Mariscal y Gran Almirante del Imperio si no que tras la invasión de España Napoleón le convierte en Rey de Nápoles en 1808. Con lo que su hermana, Carolina Bonaparte se convertiría en Carolina Murat, Reina de Nápoles. Y como tal, Carolina le encargaría a Breguet no menos de treinta y cuatro relojes de mesa, una docena de relojes más sencillos, termómetros o barómetros. en sus años de reinado.
El más significativo, sin duda, el que ha pasado a ser parte de la historia de la relojería y de la casa, nació de la magnífica relación entre la Reina y el mismo Breguet: el Reina de Nápoles, el primer reloj de muñeca que le encargaría en 1810 y que recibiría en 1812. Un hito más en la relojería de la mano de Breguet. Un reloj repetidor ultraplano que contaba además con un termómetro y una correa de pelo entrelazado con hebras de oro. Una joya única para el momento y para la historia.
Cada año Breguet le da una vuelta más a la colección inspirada en aquel Reina de Nápoles con modelos que mantienen la distinción, la elegancia y la sofisticación tanto como la identidad de la casa y aquel espíritu con el que nacería un emblema. Joya y reloj.
El último, el nuevo Breguet Reine de Naples Princesse 8965, hubiera sido del agrado más absoluto de la Reina con su distintiva caja ovalada en oro rosa de 18 kilates y sus 83 diamantes engastados, su esfera en nácar natural blanco con decoración guilloché hecha a mano, curvada para conseguir una profundidad que se antoja inédita, con sus grandes índices de las 12 y las 6 en números romanos del mismo oro rosa como las agujas pomme évidée, y brazalete de oro rosa con 104 diamantes. Un reloj con movimiento mecánico de carga automática con reserva de 38 horas, 25 rubies, rueda de escape y áncora suiza en línea como la Espiral, de silicio. Numerado y firmado por la casa, como siempre, alcanza el precio de 51.300€, con una versión más sencilla con con correa de piel de aligator y hebilla de oro engastada con 29 diamantes, que se queda en 36.700€.
El Breguet Reine de Naples Princesse 8965 es una espectacular pieza de la relojería, un joya y un reloj, un retrato de la gran historia de Francia, de Europa, y de la relojería. Y una gran inversión para la que no es necesario ser reina, tan sólo tener buen gusto, un gran estilo, mínimo conocimiento de la alta relojería y, eso sí, haberes suficientes, para dejarse seducir.
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