En el año 2000, J12 de Chanel renovó los códigos de la relojería e impuso un nuevo estilo con su diseño único, llegando a ser uno de los relojes más imitados del mundo. Este reloj en cerámica (cuyo desarrollo le llevó siete años a su creador, Jacques Helleu) innovador, tanto por su técnica como por su estética, nació como el primer reloj deportivo de la casa para hombre y mujer.
Para su diseño, Helleu se inspiró en el mundo del automóvil, también en los barcos J12 que el Barón Bich armaba para la Copa América de la época o el Stealth, el yate de Gianni Agnelli, completamente negro.
Durante sus 16 años de existencia, Chanel se ha ganado los galones de firma relojera al adquirir gran cantidad de conocimientos y estableciendo sus propios talleres en La Chaux-de- Fonds, en el corazón relojero de Suiza. El J12 demostró rápidamente la extraordinaria versatilidad de su diseño puro, funcional y legible que permitió a Chanel ir añadiéndole nuevas funciones relojeras, construyendo su legitimidad en este ámbito.
Hoy, como ayer, este icono del estilo se transforma y se libera de cualquier convencionalismo. El J12∙XS coquetea con la moda y adquiere, más que nunca, el estatus de complemento, haciendo que éstos giren en torno al reloj, y no a la inversa. Deportivo y femenino a un tiempo, de 19 mm de diámetro, el reloj aparece en el pliegue de un guante, un mitón o un puño.
Realizado en cerámica high-tech y oro blanco, con esfera de ónix blanca o negra, realzado o no con diamantes, se metamorfosea sobre la piel de un brazalete con lentejuelas y cuentas de cristal bordado a mano por Lesage, sobre un brazalete ancho de piel o una correa de charol sobre unos guantes de piel de los que se puede separar.
Llega hasta el extremo de convertirse en anillo –pieza única- de cerámica negra y oro blanco, con diamantes talla baguette, esfera de ónix negra y corona en oro blanco con un diamante redondo engastado.
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