Relojes

Hermès atrapa el arcoiris y nos da la hora

El modelo Arceau Millefiori de la firma francesa se completa ahora con una pieza multicolor.

En la última feria de Alta Relojería Baselworld, Hermès presentó un modelo que destacó por su vivo color rosa chicle. Se trataba del modelo Arceau Millefiori, de 34 mm de caja y que estaba fabricado con todo el saber hacer artesano del que es capaz la firma, es decir, el máximo. Así, su corona estaba decorada con minúsculos pedacitos de cristal coloreado, formando un collage único.

Esta misma técnica de mosaico se presenta de nuevo, pero en un modelo multicolor, en el que los pedacitos de cristal son redondos, con forma de estrella de seis puntas e incluso hexagonales. Qué mejor forma de ahondar en la investigación de los límites de la artesanía tradicional que ponerse metas como estas, ahora en el mundo de la cristalería.

Para ello, han trabajado con las Cristalleries Saint-Louis que, fundadas en 1586, es la manufactura de este gremio más antigua de Europa y, por qué no decirlo, del mundo. Su técnica de coloreado del cristal sigue considerándose la más avanzada y cuenta con avances que se empezaron a desarrollar ya en el siglo XIX. Sus bastones de cristal soplado son los que han formado parte de la decoración del reloj de Hermès, inspirándose en los pisapapeles de la firma.

La técnica no es sencilla. Los bastones de cristal se crean mediante la aplicación de sucesivas capas de esmalte y el patrón solo se revela cuando la caña, no muy gruesa, se corta en pequeñas porciones. Estas se colocan verticalmente en un recipiente de hierro fundido formando lo que parecería un lecho de flores, de ahí el nombre Millefiori.

En el interior, por supuesto, calibres mecánicos manufacturados en los talleres suizos de La Montre Hermès. El modelo rosa cuenta con 60 diamantes en su bisel y las cajas oscilan entre 34 y 41 mm. Desde 36.000 € aprox.

Además de los modelos de muñeca, la casa gala cuenta con otros dos modelos de bolsillo (en oro blanco), en el que el Millefiori tiene una correa del mejor cuero de la marca (en este caso, piel de cocodrilo) y que recuerda en su forma a las fustas, uno de los fetiches de Hermès.

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