George Graham era un relojero inglés interesado en la mecánica, la física, la astronomía y las matemáticas que contaba a Isaac Newton y Edmon Halley entre sus amigos; bastan este par de apuntes para descubrir que no era George un tipo corriente, era, más que nada, un inventor; y como tal creó el primer modelo de sistema solar mecánico.
Ocurrió en 1713, trescientos años atrás; y fue en ese mismo año que la manufactura suiza Le Locle convirtió el diseño de Graham en un modelo con corazón de Tourbillon que todavía marca el discurrir del tiempo en el museo The History of Science, en Oxford.
Tan redondo aniversario merecía una celebración a su tiempo y a su altura, un modo elegante y exclusivo de recordar y rendir homenaje al padre de la relojería moderna, al hombre que se inspiró en el cielo para medir el tiempo... y qué mejor modo de hacerlo que un reloj, un nuevo Orrey del que sólo se confeccionarán 20 unidades.
El nuevo Tourbillon Orrey de Graham Watchmakers es un reloj de funcionalidad y belleza indiscutibles: se trata de un reloj para 100 años y hasta para 300, puesto que tiene dos graduaciones adicionales; de movimiento mecánico de alta precisión creado en exclusiva para Graham; cristal de zafiro, caja de oro rosa, pulsera de piel de cocodrilo rematada a mano...
¿Quién no vería con placer el discurrir del tiempo en su muñeca si en ella luciera una de estas 20 piezas exclusivas?
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