La arruga es bella … o eso dicen. De lo que no hay ninguna duda es que lo vintage sí es bello. Para los incrédulos, echad un ojo a la esfera del Glashütte Original Sixties en su versión de tres agujas o la que incorpora una gran fecha por ventanilla (Panorama Datum la llaman los alemanes). Sí, porque también los alemanes saben hacer alta relojería, especialmente los del pueblecito sajón de Glashütte.
Ambos modelos coinciden con el acero como material de construcción de la caja, una caja con unas dimensiones perfectamente adecuadas al tipo de reloj del que se trata: 39 mm para el solo hora y 42 mm para el que añade la fecha a las 6. Un cristal de zafiro abovedado cubre a la verdadera protagonista de estos Sixties, una esfera creada en la fábrica de Pforzheim que la manufactura adquirió no hace mucho y que atesora un patrimonio ciertamente espectacular. Y vaya si lo han sabido aprovechar. En esta ocasión, la forma es convexa con un troquelado conseguido gracias a la acción de una prensa de 60 toneladas. Y el verde. Un verde degradado que rivaliza con el resto de elementos para monopolizar el protagonismo de estos relojes. Empezando por un revestimiento de base galvánica seguido de la aplicación manual de capas de laca de color, el proceso finaliza con la aplicación de la laca negra mediante pulverización. Verde en el centro que, gradualmente, se torna a negro en el linde con el bisel.
El espectáculo sigue en la trasera de ambas piezas, desde la que tenemos acceso a los movimientos mecánicos que laten en su interior, ambos de remonte automático con una frecuencia de oscilación de 28.800 alternancias por horas y una reserva de marcha de 40 horas.
Aviso a navegantes, bueno, más bien a los potenciales compradores de uno de estos Sixties, y es que a pesar de que no se trata de una edición limitada, únicamente estarán a la venta durante un año.
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