Tiempo, tiempo para el tiempo, para uno mismo, llegó el fin de semana, es la hora, corres para ponerte a salvo de los humos, de los malos humos, de la ciudad. Empiezas a caminar entre los pinos, colina, monte arriba, valle abajo, sobre esas peñas...
Y si en ese paseo placentero de tanta desconexión y aún con su brújula 3D te extravías, tu Suunto Elementum Terra tiene además todas esas otras pequeñas cosas que harán que nuestra existencia de ciudad o de campo, de calles o montañas, jardines o páramos se parezca mucho a los programas de Edward Michael "Bear" Grylls, aka El Último Superviviente. Sólo habría que añadir a la escapada frases míticas del tipo "esto podría salvarte la vida".
Con un cronógrafo con que saber lo que nos queda de luz, retroiluminado para ver pasar las horas de la larga noche, la fecha, el día -no sea que celebremos la navidad en noviembre si se alarga demasiado este ejercicio de supervivencia-, con alarma para que mantengamos una disciplina férrea en eso de levantarnos antes de que salga el sol, un fundamental altímetro, y un mucho más fundamental barómetro de presión y tendencia, y los indicadores de ascenso y descenso, de altitud... y que todo lo registra y memoriza.
Suunto, la marca finlandesa especialista en instrumentos para la orientación (su fundador Tuomas Vohlonen tiene en su haber la invención de la primera brújula rellena de líquido infinitamente más precisa que las secas), le da una vuelta al Elementum que lanzó en 2009 con este Terra, para todo aquel que guste tener en lugar de un simple reloj una herramienta que permite ascender las más altas cumbres o sumergirse en las profundidades del mar. Y lo hace con un diseño sobrio y elegante, seis modelos que se ajustan al buen gusto de cada uno con correas de piel marrón o negra, de acero o de caucho, y esferas en negro o blanco.
Como para perdérselo. Como para perderse.
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