Relojes

El segundo reloj Ferdinand Berthoud tras su resurrección

En su nueva era, la manufactura Ferdinand Berthoud presenta el Chronomètre que hubiera creado en estos tiempos uno de los pioneros de la cronometría marina.

Es el segundo lanzamiento que presenta la nueva manufactura Ferdinand Berthoud tras su resurrección a finales del año pasado. El Grupo Chopard compró esta marca en 2006 para recuperar el legado de Ferdinand Berthoud, uno de los pioneros de la cronometría marina. El relojero nació en 1727 en el Val-de-Travers, en el cantón suizo de Neuchâtel, todo un visionario y uno de los relojeros ingenieros más importantes de su época que con solo 26 años obtuvo el título de Maestro relojero en París. Con su gran talento creó cronómetros marinos que contribuyeron a que las exploraciones científicas y las campañas cartográficas del siglo XVIII llegaran a buen puerto por lo que consiguió otro de los títulos más importantes y envidiados de la época de Luis XV, el del Relojero Mecánico del Rey y de la Armada.

La manufactura Ferdinand Berthoud se asienta en Fleurier, en la misma región en la que nació el relojero. Es una marca completamente independiente de Chopard con su propia dirección, desarrollos y red de ventas.

El nuevo Chronométrie Ferdinand Berthoud es la versión contemporánea de los relojes del maestro relojero del siglo XVIII. Inspirado en sus cronómetros de marina, el nuevo modelo tiene una caja octogonal con ojos de buey estancos que marca su carácter y su calibre de cuerda manual es totalmente inédito. Formado por unas 1.120 piezas, está equipado con un tourbillon y presenta importantes novedades mecánicas como una arquitectura singular en pilares como la utilizada en los cronómetros de marina, un innovador mecanismo de regulación huso cadena suspendido y un cono móvil de reserva de marcha, soluciones mecánicas pendientes de patente. Con una reserva de marcha de 53 horas, este movimiento singular es fruto del trabajo desarrollado en la nueva manufactura durante tres años y su fiabilidad está avalada por el COSC, el Control Oficial Suizo de Cronometría. A través del fondo de cristal de zafiro se observa la perfecta simetría de la arquitectura del barrilete, el huso y el tourbillon.

La fuente de inspiración de este nuevo reloj es el cronómetro de marina que Ferdinand Berthoud creó en 1777, actualmente expuesto en el museo L.U.CEUM de Chopard.

También es original la construcción de la caja octogonal con el estilo propio de los relojes de marina. Sobre sus flancos hay cuatro ojos de buey que ofrecen una visión lateral del mecanismo que está instalado en un contenedor estanco. Con un diámetro de 44 mm, el Chronométrie Ferdinand Berthoud está disponible en oro gris con las asas en titanio y en oro rosa con las asas en cerámica negra.

La esfera, en color negro o rutenio según versión, tiene su propia identidad con una sobriedad técnica que busca la máxima legibilidad. Las horas y los minutos se indican en un subdial lacado en blanco en la parte superior. En la parte central inferior nos muestra una parte del mecanismo, en concreto la rueda de los segundos –que en raras ocasiones es exhibida- y la rueda de arrastre de la jaula del tourbillon. Es interesante ver como cada una de ellas gira en sentido contrario a la otra. Esta joya artesanal indica otra función muy útil como es la reserva de marcha, que se emplaza en un contador a las 9 h. El refinamiento se lleva hasta su extremo en este cronómetro auténtico que tiene sus propias agujas, del mismo estilo de las que utilizaba Ferdinand Berthoud en sus cronómetros de marina.