El futuro, ese espacio marcado del tiempo al que nos llevan las horas, sobre el que avanzamos a cada minuto, al que nos acercamos en esa relativa velocidad, o el que nunca alcanzamos, al que nunca acabamos de llegar. El futuro, el tiempo, el espacio, las dimensiones, como fuente de inspiración, como referencia de vanguardia, de avanzadilla.
De ahí el aspecto sólido y dimensional de los K22 de la marca italiana de relojes Welder. Volumenes y relieves en los números, sobre una caja de una profundidad considerable, blanca, montada sobre esferas superpuestas de magníficas dimensiones para los que gustan de coronas de grandes porporciones, véase 50mm, en acero mate o en acero mate con tratamiento azul titanio; índices en negro, gris o naranja y correas de caucho en blanco o naranja con placa de la firma. La versión de tres agujas cuesta unos 350€ y la versión cronógrafo 490€.
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