Que los relojes Jaquet Droz son obras de arte, lo sabemos, ciertamente no descubrimos nada nuevo si lo afirmamos de nuevo pero resulta imposible no pensar en la riqueza del arte viendo este nuevo diseño, un reloj estival que debe su belleza no solo a su onírico diseño sino también al domino del arte del esmalte plique-à-jour demostrado por Jaquet Droz.
Estamos ante un reloj exclusivo, solo se fabricarán 8 piezas, y muy refinado; con diamantes engastados en su bisel y sus cuernos, una bella esfera de nácar y pulsera de satín verde elaborada a mano; esto además de su maravilloso colibrí degradado en verdes y con 7 fondos diferentes.
Este reloj se convertirá, si no lo es ya, en una pieza de coleccionista en al que la artesanía relojera de Jaquet Droz hace confluir una técnica antiquísima (hace más de 1500 años que comenzó a utilizarse la técnica del esmalte plique-à-jour) y la solvencia relojera suiza ¿el resultado? 8 piezas realmente únicas.
No únicas porque solo sean 8 sino porque cada una de ellas es única gracias a las particularidades de la técnica que se utiliza para realizarlas: para completar con éxito la técnica del esmalte plique-á-jour primero se crea una esfera de oro con tabiques de diferentes formas y tamaño que después se van rellenando con esmalte de varios colores y se van sometiendo a varias cocciones, sorteando siempre el riesgo que que en alguna fase del proceso la delicada esfera quiebre.
Caja de oro rojo de 18 quilates engastada con 100 diamantes, 29 rubíes, calibre Jaquet Droz 6150 de movimiento mecánico automático, 38 horas de reserva de marcha, esfera en oro blanco de 19 quilates con esmalte plique-à-jour, centro de nácar blanco y aureola de oro rojo de 18 quilates, las agujas también en oro rojo y la correa de satén verde. Un reloj-joya donde los haya.
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