Año 1983. Michael Jackson vende 50.000.000 copias de su álbum Thriller, en los cines arrasa Star Wars con su retorno del jedi y Kiss actúan en directo por primera vez sin maquillaje.
Ese mismo año Swatch, sin miedo a romper los cánones establecidos por la relojería suiza, lanzó al mercado sus doce primeros relojes. La forma de medir el tiempo cambió y comenzó a ser de plástico, con 51 piezas y un precio inferior a 40 euros.
Hoy la firma echa la vista atrás y se encuentra con una historia de 30 años llenos de éxitos e innovaciones. Sus diseños inconfundibles, sus prácticos materiales y la filosofía alegre y dinámica que representan ha convertido a los relojes Swatch en accesorios que cuentan una historia. Durante estas décadas la marca ha diseñado y fabricado más de 5.000 modelos diferentes y para conmemorarlo ha creado uno que los engloba a todos y que representa todo lo que es, lo que ha sido y lo que será.
Su nombre es SWATCH Est. 1983 y su correa blanca acompaña a una esfera transparente que deja al descubierto toda la maquinaria y sustituye los números por los años hasta ahora recorridos. Un reloj perfecto para todos los que ya se dejaron conquistar por la firma y, por qué no, para los que aún no han sucumbido a sus encantos y están dispuestos a contar con ella durante 30 años más.