Trece son ya los años que han transcurrido desde que Maximilian Büsser iniciara su aventura en solitario para dar luz a una de las manufacturas independientes más excelentes de la historia de la relojería. Aunque para ser fieles a la verdad, el concepto en solitario no es del todo correcto según resulta fácil deducir del nombre de lo que a Büsser le gusta definir como un laboratorio horológico conceptual: MB&F o, lo que es lo mismo, Maximilian Büsser and Friends. La filosofía es tan sencilla en su concepto como complicada en su ejecución. Büsser crea el concepto y el diseño de sus relojes en tanto que se apoya en sus Friends, que varían – o no - de una pieza a otra, para los desarrollos que desembocan en el producto final.
Primero fueron las Horological Machines, una serie de guardatiempos vanguardistas que ya desde sus inicios desafiaron los cánones de todos y cada uno de los principios de la relojería tradicional. En 2011 este vanguardismo se combinaba de una manera impecable y casi imposible con un clasicismo absoluto. MB&F rompía, de nuevo, con los convencionalismos pactados en relojería al presentar sus Legacy Machine. Al igual que en el caso de las HM (Horological Machine), las LM (Legacy Machine) se convirtieron rápidamente en objeto de deseo de muchos coleccionistas al reunir la excelencia en diseño y mecánica con la exclusividad de unas series de producción muy limitadas.
El Legacy Machine Perpetual nació en 2015, en cajas de oro rojo y platino. En 2016 recibía el prestigioso premio al mejor cronógrafo en el Grand Prix d’Horlogerie de Genève (GPHG) y para celebrarlo MB&F lanzó dos ediciones en caja de oro blanco. Ahora, en 2018, el titanio se incorpora a la caja de esta pieza para dar lugar al Legacy Machine Perpetual Titanium. Las dimensiones de la caja, construida partiendo de nada más y nada menos que de 69 componentes, son de 44 mm de diámetro por 17,5 de altura. Pero, pese a la excelencia de este contenedor, el protagonismo del LM Perpetual es monopolio de su esfera … si es que la podemos llamar así. Sobre el color turquesa de la base del movimiento se erigen las indicaciones de horas y minutos acompañadas por las correspondientes al calendario perpetuo: día de la semana, fecha, mes e indicador de año bisiesto retrógrado. Todo ello completado con una indicación de reserva de marcha. Por encima de todas ellas reina el volante suspendido gracias a un exquisito puente de dos columnas que lo llevan hasta el centro de la esfera, presidiendo el conjunto y regulando el pasar del tiempo.
Alrededor de 130.000 € (ojo que aquí no va el IVA) es el precio por hacerse con uno de los 50 ejemplares a los que se limitará la edición de Legacy Machine Perpetual Titanium. Pero no debemos preocuparnos por este dato, me da la sensación que todas y cada una de las piezas tienen destino asignado y sus futuros propietarios las aguardan con ansiedad.
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