En 1997 Longines se dejó seducir por la Dolce Vita italiana y plasmó en un reloj de forma rectangular la dulzura, el encanto y la gracia femenina de este modo de vida. En esta colección el lema de la firma suiza, Elegance is an attitude, está más que justificado porque la elegancia en los relojes DolceVita de Longines asume el papel protagonista.
En Basilea 2016, Longines presenta nuevas versiones del gusto por la belleza y la delicadeza con la combinación del acero y el oro rosa. Los nuevos DolceVita siguen dibujando su figura con líneas geométricas y curvas suaves que acentúan su feminidad explosiva.
La mujer aprecia los detalles y en los relojes DolceVita de acero y oro los encontramos en cada milímetro. Lo más llamativo es el contraste de metales. El acero es un metal frío, contundente y temperamental, mientras que el oro, y especialmente el oro rosa, es muy cálido, romántico y femenino. Longines ha utilizado el acero para la caja, que ha iluminado colocando 36 diamantes en el bisel de una de las versiones; pero para atenuar la luz blanca que el metal irradia, Longines ha añadido el toque de calidez del oro en los cantos de la caja y en la corona (de oro macizo).
Longines presenta un duelo de metales en el brazalete y en este caso un chapado en oro rosa es el encargado de dulcificar la frialdad serena del acero.
Con esta fusión de metales, Longines ha conseguido que los relojes DolceVita luzcan un refinamiento nuevo en cuatro tamaños diferentes y con tres esferas a elegir: plateada flinqué con números romanos pintados en azul; o lacada en negro o de nácar blanco, estas dos últimas opciones con diamantes a modo de índices. En todas las versiones el logo de Longines con la forma de un reloj de arena es de oro rosa.
Longines ha equipado a sus nuevos relojes DolceVita con un movimiento de cuarzo suizo.