Breitling reinterpreta -mejorando- el espíritu original de su colección Transocean, con un nuevo clásico de elegante diseño para todas las muñecas .
Cuando en 1958 se creó el primer reloj de nombre Transocean coincidiendo con el desarrollo de los transportes aéreos, se aplicó en su fabricación todo el saber hacer de la aeronaútica, lográndose un reloj ultrapreciso, antichoques, antimagnético y estanco que se vendía utilizando el eslogan: “Usted que confía en los grandes transatlánticos del cielo… confíe también plenamente en el Transocean".
Su estilo sobrio y elegante, se impone rápidamente como un producto estrella de la marca, llegando hasta el día de hoy con el nuevo modelo Transocean 38, un auténtico Primera Clase en materia de técnica y de estética, firmado por Breitling.
Su caja de acero, está dotada de una fina luneta biselada y de unas estilizadas asas de pulsera, presenta un diámetro de 38 mm , idóneo para todo tipo de muñecas. La esfera va adornada con índices apliques así como con la inicial B de oro, antiguamente el logo de Breitling. La fecha aparece indicada de forma muy legible en una doble ventanilla a las 12h y como contrapunto al pequeño segundero a las 6h.
Desde el punto de vista técnico, el Transocean 38 ha ganado en prestaciones respecto de sus ilustres predecesores. Su caja estanca hasta 100 m, dotada de un cristal de zafiro antirreflejos por ambas caras, alberga un mecanismo automático certificado por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC), la más alta instancia en materia de precisión y de fiabilidad.
El Transocean 38 se propone con esfera negra, plateada o nácar, con o sin diamantes -indicado para las muñecas de las mujeres-, y va acompañado de una pulsera muy original de acero trenzado ‒homenaje a los modelos originales‒, una pulsera metálica con orificios con dos variantes, la Ocean Classic o la Air Racer , o bien una correa de piel lisa o de cocodrilo en siete tonalidades diferentes.
Después de más de 55 años de vuelo, la colección “clásica contemporánea” Transocean sigue plasmando el espíritu de los grandes viajes y de los transatlánticos de lujo, como así lo demuestra el nuevo Transocean 38.