Aunque es más que probable que las marcas relojeras no pensaran en los primeros versos del Romance Sonámbulo de -Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas.- al diseñar sus relojes, lo que sí es cierto es que intentan imprimir un halo de esperanza a un sector que este año se ha mostrado comedido en sus creaciones, relegando los alardes técnicos para tiempos mejores.
Si el azul es el nuevo negro, el verde viene a ser este año relojero el nuevo azul. Así el verde impregna las esferas, correas y hasta las cajas de muchos de los modelos presentados hace tan sólo unos días en BaselWorld. Y para muestra, los modelos que aquí presentamos.
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