Puede convertirse en la peor pesadilla o en una necesidad imperiosa, dos extremos que, sin duda alguna, podrían describir a la perfección la experiencia del reloj, un complemento que nos permite medir con sensatez y exactitud cada uno de los minutos que dedicamos a respirar y a vivir… una experiencia que quizás puede llegar a ser agobiante o, quizás, necesaria. Lo cierto es que el reloj, con el paso de los años, se ha ido convirtiendo en un must no solo para hombres, sino para mujeres, continuando con su utilidad, y finalidad última, a la vez que hace de la personalidad y estilo de cada persona una prolongación única y especial para los amantes y controladores del tiempo.
Por eso no solo son las casas suizas las encargadas de investigar y reinventarse, además de ir incluyendo nuevos formatos y tecnologías que lo acaban convirtiendo en la herramienta casi perfecta, sino que existen otras casas, como las centradas en el mundo de la moda, que alejan de vez en cuando la vista de pasarelas y talleres para centrarse en ellos. Este es el caso de Calvin Klein, quien se introdujo en el mundo de la relojería de lujo en 1997 y, en pleno siglo XXI, continúa con unas propuestas que cumplen a la perfección el minimalismo y ‘limpieza’ que tanto identifica a la firma americana.
Su última propuesta se llama Calvin Klein Amaze, un modelo atrevido y dinámico que cuenta con un brazalete, en forma de sofisticada cadena, que traspasa la línea que lo convierte en un punto intermedio entre reloj y joya –algo que se aprecia en el cierre del modelo-, siendo perfecto para lucir durante el día o la noche sin necesidad de sentir una ostentación desmesurada o informalidad excesiva. Está diseñado con caja y correa de acero inoxidable pulido y aparece con esfera negra o gris.
Disponible en tallas S, M y L, el Calvin Klein Amaze se convertirá en el nuevo y exclusivo capricho con el que poder medir, disfrutar y lucir el tiemop con elegancia y sofisticación a cualquier hora del día…