Relojes

4 relojes icónicos del siglo XX

Cuatro modelos inolvidables... y muy cotizados.

Son cuatro de los modelos que han marcado la historia de la relojería tanto por su diseño como por su mecánica y todavía hoy son de los más cotizados.

Tank de Cartier (1917)-. Inspirado por la sección horizontal de un tanque militar Renault, el modelo Tank juega con el contraste entre la forma cuadrada de la carátula y el rectángulo que forma la caja con las asas, situadas en los ángulos anteriores y superiores. Las formas cuadradas del reloj rompían totalmente con la moda barroca de la época, y era un anticipo del retorno de las líneas puras. Antes de ser comercializado, el general estadounidense Pershing recibió el primer prototipo como regalo. Desde sus orígenes es uno de los relojes que más artistas y personalidades han lucido en la muñeca.

Rolex Oyster (1927)-. Rolex creó el primer reloj hermético al polvo y al agua. Bautizado con el nombre de “Oyster", estaba equipado con una caja sellada herméticamente que garantizaba la protección óptima del movimiento. En 1927, un Rolex Oyster atravesó el Canal de la Mancha en la muñeca de una nadadora inglesa llamada Mercedes Gleitze. La travesía duró más de 10 horas, y una vez finalizada, el reloj seguía funcionando perfectamente. Para celebrar la hazaña, Rolex publicó un anuncio en primera plana del diario Daily Mail, proclamando el éxito del reloj hermético.

Reverso de Jaeger-LeCoultre  (1931)- El reloj reversible es un icono desde su creación en 1931 y no ha dejado de tener vigencia desde hace 85 años. Fue creado para los oficiales ingleses destacados en la India en los años 1930, que lanzaron a la marca el reto de crear un reloj que resistiese a los embates del cuerpo a cuerpo en un deporte de extremado impacto como es el polo. El resultado fue una caja reversible que ha sido más cara falsificar que producir.

Movado Museum (1946)- Inspirado en el movimiento Bauhaus, el modelo Museum fue diseñado en 1946 por el artista Nathan George Horwitt, para quien el tiempo no se percibe “como una secuencia de números, sino por la posición del sol a medida que la tierra gira”. Creó una esfera definida por un solo punto de oro a las 12 horas. Fue el primer reloj en ocupar la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1959.