Lucir

Philip Treacy te toca cabeza y corazón

La seducción es, según Philip Treacy, una cuestión de cabeza.

Dejar que Philip Treacy te toque la cabeza es abrirle el camino a tu corazón porque sus diseños atesoran tal carga de belleza que resulta imposible sentirlos sólo en la cabeza; la creatividad del sombrerero londinense, del rey de Ascot y de todos y cada uno de los grandes eventos de la aristocracia británica, conquista al mundo por la cabeza porque el sabe mejor que nadie que es ahí, en la cabeza, donde residen los más intensos secretos de seducción.

La historia del tocado es casi tan larga como la del hombre, a través de los vestigios de la historia podemos seguir el rastro del modo y forma en el que egipcios, griegos y romanos se tocaban la cabeza; de ellos en adelante siempre ha habido un lazo, un velo o una flor que echarse al pelo y, llegado el Renacimiento, el Barroco y el Rococó llegó el derroche de sofisticación. Pero no fue esta la más grande de las épocas que narran la historia del tocado, además tras ella vino un tiempo de cierto recato en el modo de decorarse la cabeza, fue más tarde, en los felices años 20, cuando la creatividad se desbordó del todo y nos coronó con arte.

Diseñadores como la mismísima Coco Chanel llevaron los brillos, terciopelos y lentejuelas a lo más elevado de nuestro atuendo; desde siempre y más desde entonces la etiqueta más elegante cifra su belleza en el zapato y el tocado que complementa cualquier tejido; tejido que no es más que algo circunstancial, hecho para dar si cabe más luz a nuestro mayor arma de seducción, la cabeza.

Philip Treacy es hijo predilecto y alumno aventajado de esta historia, es la viva representación de la aristocrática elegancia británica y es, en su colección de primavera, un alarde de belleza y creatividad que se convierte en una tentación a la que no podrás ni querrás resistirte como no debe resistirse el alma ante aquello que la seduce.

Negro, blanco o ambos combinados, celeste, verde, naranja fucsia o rojo encendido, también beige; así es la paleta de color a la que rinde Philip Treacy sus diseños y a la que nosotros rendiremos la cabeza en la próxima ocasión.