Cartier anticipa la Navidad con un cuento romántico, idílico, ilusionante y bello a través del que nos muestran sus lujosas propuestas de regalo para tan señaladas fechas.
El cuento, que se narra sin narrador, sólo a golpe de fotograma y envuelto en una bella y alegre canción, se desarrolla sobre el cielo de París; no vemos a la clásica, seductora e icónica pantera Cartier pero sí a los que bien pudieran ser sus cachorros que juegan y se divierten sobre las nubes que cubren París en un rojizo atardecer de invierno.
Las nubes, que se asimilan a la nieve, nos acercan a una estampa clásica de Navidad y, entre juego y juego del animalario Cartier, pequeñas cajas rojas de la maison joyera francesa, caen sobre París, son los regalos que vienen, los que llegan del amor y la intención más cálida y sincera, los más románticos, los que escapan a Papá Noel y a los Reyes Magos para llegar a nosotros de manos amigas y amadas.
Relojes, colgantes, pulseras y anillos escondidos entre las nubes de París caen del cielo camino de las manos en las que lucirán para siempre, porque las joyas de Cartier son como los diamantes, para siempre... Es difícil elegir, quedarse con sólo una pieza de Cartier parece un asunto imposible pero a nosotros hay una que, si te atreves con ella, nos parece rompedora, sorprendente, única, sólo para mujeres inolvidables... ¿adivinas cual? sí el anillo que representa la imagen más célebre de Cartier, su clásica pantera, la versión adulta, provocadora y seductora de los pequeños cachorros que juegan sobre el cielo de París inconscientes de la lluvia de magia que provocan sobre la ciudad.
Cabe que no sea el momento de lucir un Cartier, o no, pero de lo que no cabe duda es de que es el momento de disfrutar de su cuento de invierno porque, con la Navidad a las puertas de la vida, es el momento de soñar.
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