Lo de Swarovski ha sido siempre una cuestión de brillo y cristal, multiplicando las posibilidades de este material al engarzarlo en otros. Esta tendencia a crear y recrearse en la belleza y decorarnos, lleva a esta elegante firma a jugar con las muñecas.
Y es que las muñecas tienen mucho que decir en el vestir; tanto en los momentos de elegancia como en los más relajados, el arte de mover las manos lleva las miradas a ellas y, de ellas, al brillo que asoma bajo la manga que es el de los brazaletes de Swarovski.
En definitiva, este invierno es el de las mueñas y los brazaletes que las envuelven: de los grandes e imponentes a los sencillos cordones de color pasando por todas las formas, tamaños y brillo entre los unos y los otros.
Nos encanta el Venetie, tanto en su versión Bangle como Double y sus dos líneas de cristales, nos perdemos por la muñeca de Bérénice Marlohe, que luce una combinación bella y sugerente de cordones y brazaletes; y nos sorprende Valour, una pulsera en metal negro pulido, cristal pavé y un aro en forma de aldaba. No menos llamativos resultan los brazaletes Arty y Slake en negro y oro respectivamente.
Y, armadas las muñecas, ya sólo queda lucirlas...
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