Conocemos las joyas de Jacquie Aiche, su gusto por las cosas pequeñas y su poder multiplicador y también conocemos su visión del mundo de los metales y las piedras preciosas y el poder de seducción que poseen y que ella sabe reflejar en sus campañas como nadie. Para ello cuenta siempre con cómplices excepcionales, en esta ocasión con la bellísima modelo asutraliana de origen lituano Shanina Shaik.
En esta nueva colección manda la inspiración étnica y también los detalles propios de una tradición joyera que tiende al exceso en piezas pequeñas como es la india, por eso no faltan las pequeñas piedras en forma de lágrima y las joyas cuyo uso va más allá del habitual en nuestro mundo occidental como las piezas que decoran la frente o las que unen pulseras y anillos. Encontramos también un curioso animalario en el que mandan las mariposas, sobre todo por su notable tamaño en una diseñadora, Jacquie Aiche, que tiende al detalle, a las piezas pequeñas que se hacen notar porque se combinan con otras, se mezclan y sorprenden y enamoran por igual.
Dicen que el poder de algunas piedras llega a lo hipnótico, que su brillo es seductor por sí mismo, eso es algo que Jacquie Aiche no duda y por eso sus colecciones toman forma en oro y se decoran con diamantes, ópalos blancos y otras piedras preciosas y también por eso, porque sus joyas están hechas para seducir, las muestra siempre sobre la naturalidad de un cuerpo de mujer sin mayor deocoración que sus creaciones.
En cuanto a las formas más recurrentes de la colección, hablábamos de mariposas y también hay que hablar de flores y de corazones pero, por encima de todo, de lágrimas, no por llanto, emoción o tristeza sino porque la forma de lágrima, bella y romántica donde las haya, es la que más se repite en las piezas de la nueva colección de Jacquie Aiche, tal vez porque en la tradición joyera india es también una forma muy habitual y es ahí donde esta creativa joyera he encontrado su inspiración.
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