Joyas

¿Qué fue del cofre de Esther?

Karen Belhassen se ha encargado de custodiarlo con el mimo y la devoción de una maestra joyera. Hoy lo abre para nosotros.

Los cincuenta fueron los años de Marylin y Warhol, de la muerte de Evita Perón y el levantamiento de Cuba, del nacimiento del Rock&Roll y del Singing in the Rain. Con el final de la guerra llegaron nuevas necesidades y formas de crear, algunas capaces de colarse incluso en los joyeros más prudentes. Cofres repletos de tesoros que hoy la firma francesa Esther Vina abre para nosotros. Pura esencia vintage llegada de aquellos renacidos cincuenta.

Karen Belhassen es la culpable de este particular viaje en el tiempo. Con ella descubrimos algunas de las joyas que su abuela lució en aquellos años de despertares tardíos. Le coffret d´Esther es el nombre de una colección en la que no faltan cuarzos trabajados como la turquesa violácea proveniente de la vieja Arizona o la protectora malaquita salpicada de pirita. El oro se entremezcla así con otros materiales y piedras dando forma a espectaculares medallones, brazaletes, anillos, pendientes y collares XL.

Esther Vina cuenta además con otras 3 colecciones muy suyas, en las que imprime su particular forma de hacer joyería. Essentiel, en la que destacan los acabados envejecidos sobre líneas actuales; Voyage, un paseo por algunas de las culturas más exóticas del planeta; y 1950, una oda a la serpiente y a su elegancia eterna. Por todo ello, Esther Vina es más que orfebrería moderna hecha a mano, es un baúl repleto de recuerdos bonitos con los que rememorar lo mejor de aquel ayer.

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