¿No tienes la sensación de que en joyería ya está todo inventado? Pues resulta que no. Los de Suárez, por ejemplo, vienen con una novedad que nos ha dejado con la boca abierta. Porque de bocas va la cosa. O mejor, de bocados. De uno dulce y delicioso: el marron glacé.
Esta delicatessen que hay que degustar con moderación inspira una colección de joyas nada empalagosa. Está compuesta por una serie de piezas que comparten un rasgo común, el color. Precisamente, el tono marrón glacé. ¿Y cómo se las han apañado para obtenerlo? Tiñendo la plata con un baño de rodio marrón. El resultado es un conjunto delicioso de joyas básicas como sortijas, o pulseras de eslabones de malla y de tubo de gas, cuyo precio parte de los 125 euros.
Un capricho muy apetecible.
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