Llegará el otoño y, para cuando lo haga, puede que incluso agradezcamos su dulzura; sus temperaturas suaves, sus sonidos de viento y hojas secas, su aroma a la humedad que está por venir y sus colores: ocres, tostados, marrones, chocolates... y carey.
Dona Karan nos trae el otoño de su firma y sello, el que se esconde en la N y la Y de su acrónimo; es un otoño melancólico porque el otoño siempre lo es, por lo que supone de fin de la luz, el color y el calor... y la estación hacia la que transita pero más si cabe en Nueva York porque el otoño de Manhattan nos trae la imagen de la dulce Wynona y el guapo Keanu...
Claro que en carey es diferente, gana la fuerza de su origen animal, en el estampado natural del caparazón de una tortuga y en lo que tiene de evocación de otras estampas naturales y animales como la piel de leopardo.
El carey es definitivamente otoño, y lo es en la muñeca en forma de brazalete ancho emulando una cremallera o estrecho, similar a una pulsera y en dos modelos: con el logo de la marca compuesto en cristales o cincelado sobre tachuelas y por dentro, discreto y oculto como un mensaje secreto, Love from New York.
DKNY