La vida de una joya trasciende siempre a su belleza porque, más allá del oro blanco o amarillo, de los diamantes, los rubíes o esmeraldas, está la emoción que cada una esconde, un sentir intenso y encendido que abraza los metales y piedras preciosas haciendo cada una única.
Para celebrar el amor y la amistad, el sentir y la emoción que abraza joyas con la intención de que éstas sorprendan y enamoren, la maison Dior bebe de sus fuentes, de su ingente historia de belleza y nos arranca un oh! My dior! Lo hace al lanzarse a la reinterpretación de su clásico diseño ‘cannage’ en oro amarillo de 18 kilates y diamantes.
My dior es como una cota de malla dorada, como una red de encuentros, un cruce de caminos entrelazados, abrazos de hilos de oro que se prometen indisolubles por siempre jamás… es una colección de cuento, un anillo de amor y una pulsera de esposa, un compromiso, un para siempre… es belleza.