No hablamos de una treintena de mujeres amantes del brillo y los diamantes, ni de una asociación de treintañeros luciendo sus vespas vintage… Hablamos de “una embajadora de cine para una colección digna de las mejores películas de los años 20 y 30”. Este podría ser perfectamente el resumen de la última campaña de joyas de Chanel, donde la abundancia destaca por su aplicación a lo delicado y lo sencillo.
Y así, con la naturalidad y la inocencia de la modelo Sigrid Agren, la Maison presenta una colección cargada de grandes simbologías para Chanel: plumas, cometas, lazos, camelias… Elementos clásicos que cobran un especial significado gracias al oro blanco o amarillo de 18 quilates y a los miles de diamantes que le dan forma y representan la belleza absoluta que tanto perseguía Coco.
Elegante y femenina, esta propuesta contemporánea recuerda a ‘Bijoux de Diamants’ y a su adoración por lo atrevido y la creación sin límites, un pequeño paso para Chanel pero que acabaría dando sentido a lo que actualmente conocemos como joyería Couture, procedente de los mejores artesanos joyeros del mundo.