Cuando parecía que estaba todo visto y que los creadores de joyería no nos podían sorprender con nada, aparece Julieta Álvarez con una nueva colección en la que las piezas que propone nos colguemos del cuello, son heterogéneos meteoritos, aparentemente recién caídos del cielo.
Su inspiración por el cosmos, lo desconocido y el misterio del universo viene desde sus primeros diseños, pero podemos encontrar una diferencia en esta nueva propuesta y es que pasa de formas perfectas, de líneas redondeadas y uniformes, a figuras, en este caso dos únicas piezas, que parecen haber sido elaboradas en un instante de locura, de fuerza y de irrealidad.
Meteoro, este nuevo paso en el camino de la joven artista madrileña, es su más abstracta creación, que la confirma una vez más como eso, como artista y no sólo como diseñadora. Un escultural trozo de cielo en cerámica, en tonos oro y negro brillante, que nos propone alumbre escotes, tanto de mujeres como de hombres.
La cuadratura del círculo, las evocadoras fotografías de la colección, obra de David Díez, que consiguen transportarnos a ese rincón imposible y lejano, en el que la armonía y la belleza imperan y gobiernan.
Guarden los paraguas, comienza la lluvia de meteoritos.
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