La cantante británica Florence Welch es una fan incondicional de los diseños de Gucci; siempre luce en sus actuaciones vaporosos trajes de la firma que le dan un aire bohemio y delicado que contrastan perfectamente con su cuidada melena pelirroja. En el escenario parece salida de un cuadro prerrafaelita mientas canta sus temas indie.
Su fidelidad por Gucci, ha sido recompensada por la firma que la ha elegido como musa de su nueva colección de joyas. Una campaña ambientada en un viaje en tren, en un vagón de madera de aire retro –un tren que parece traquetear en un viaje a la India colonial-, y Florence ataviada con vestidos de gasa y seda y la joyería más fina de Gucci.
Piezas diseñadas por Alessandro Michele en la que el oro amarillo es el protagonista, engarzadas en sus piezas, diamantes y preciosas gemas. Las joyas pertenecen a las colecciones Le Marché des Merveilles y Gucci Ouroboros. La campaña está fotografiada por Colin Dodgson que capta a la perfección la esencia colonial de las piezas.
Florence luce largos collares cuajados de piedras preciosas, anillos con forma de grandes flores que adornan sus dedos y delicados semanarios que cuajados de piedras de colores llenan sus manos de color y brillo.
Gucci piensa en las piezas antiguas pero con un aire renovado; piensa en terciopelos, en tapices, en sedas y en una profusión de joyas que se superponen entre sí, que conjuntan y se contrastan entre ellas. Una delicada vuelta a las piezas más tradicionales y los colores más favorecedores. Florence and the Machine suena a ritmo de Gucci.