Hierro, níquel y pequeñas partículas de cobalto y fósforo con forma de octaedro. Es el legado cósmico del célebre meteorito Gibeon que hace cuatro billones de años cayó en la orilla este del río Orange, en la región hoy conocida como Gran Namaqualand (Namibia). Pero no fue hasta 1836, cuando Sir James Edward Alexander descubrió las grandes masas negras del Gibeon, que este cuerpo extraterrestre milenario comenzó a cobrar importancia.
Protagonistas de mitos fabulosos y enigmáticas leyendas, los meteoritos han despertado siempre muchísimo interés entre los científicos, pero también han sido objeto de deseo en el mundo de la alta joyería por su oscura belleza, su estructura cristalina, su textura metálica y su origen misterioso. Por eso, en los talleres artesanos de David Yurman –donde arte e ingenio devienen elementos primordiales para la creación– acaba de nacer The Meteorite Collection for men, una colección arquitectónica de joyería masculina inspirada en el cosmos, elaborada con fibra de carbono, titanio, diamantes negros y restos del ancestral meteorito Gibeon montados sobre plata de ley.
Esculpida y diseñada por las manos artesanas de Evan Yurman, la colección -audaz, sencilla, elegante, minimalista e innovadora- se compone de 25 piezas exclusivas que, emulando la estructura de la piedra y dibujando asimetrías y líneas geométricas, refleja fielmente los valores y el alma de una firma nacida para seducir.
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