El mundo no tiene límites para Chiara Ferragni, desde que hace algo menos de diez años su nombre comenzara a sonar con fuerza entre las bloggers e influencers del momento, su carrera ha tenido una única dirección: directa al éxito. Y hablamos de éxito a todos los niveles, no sólo en su blog o en sus redes sociales, porque Chiara Ferragni dio el salto a las campañas de moda, la hemos visto colaborar con Louis Vuitton, con Alberta Ferreti, Dior o Mango, hemos calzado los zapatos de su propia colección y ahora, apenas un mes después de que haya sido mamá, la vemos convertirse en embajadora de Pomellato por todo lo alto.
Por todo lo alto, sí ¿qué más se puede pedir que en su primera campaña luciendo las icónicas joyas de Pomellato el fotógrafo que se esconde tras la cámara y firma las fotografías sea Peter Lindbergh? aunque, en realidad, lo que cabe preguntarse ahora es ¿qué será lo siguiente? porque si algo tenemos claro es que, como decíamos nada más empezar esta noticia, el mundo no tiene límites para esta exitosa blogger italiana que estrena la treintena convirtiéndose en madre.
Las imágenes que la presentan como embajadora de Pomellato no pueden dejarla en mejor lugar, se trata de una serie de fotografías en blanco y negro propias de quien las firma, Peter Lindbergh, bellas y sensuales, tan atractivas y sugerentes como la propia Chiara; en ellas descubrimos además las inconfundibles joyas de Pomellato, esas que han rendido a Chiara Ferragni a esta campaña por su originalidad y su belleza, porque son únicas e inconfundibles y porque así es como ve esta ya célebre italiana a las mujeres a sus 30 años, como almas libres y únicas, fuertes, independientes y capaces de todo lo que puedan soñar, de todo lo que sean capaces de imaginar.
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