Pues sí, tal y como lo lees. En la vida parece que no todo se soluciona a base de diálogo, sino que existen cosas, también importantes, que pueden encontrar su camino a través de un simple color. Rojo o negro. Una elección que en milésimas de segundos puede alterar totalmente el mundo, tal y como pasaría a través de otro método. ¿La diferencia? Una elección correcta.
Así es precisamente como Dsquared2 ve a la feminidad del siglo XXI. Una mujer capaz de elegir, sin desperdiciar su tiempo y sin perder ni un ápice de personalidad. Y la clave, al igual que la apuesta de color, se encuentra en la simplicidad: la firma canadiense rescata la prenda fetiche femenina, el vestido crepé de los años 50, en su versión mini o hasta la rodilla, para una mujer con formas y maneras, reinventado a través de pequeños detalles que resaltan sobren los dos únicos tonos que acompañan a esta colección cápsula.
Pasadores, cordones, aplicaciones, escotes en v, plisados y lazos dignos de aquella fantástica época de Audrey Hepburm o Elizabeth Taylor en los que la mujer no necesitaba nada más que sus curvas para salir a la calle enfundadas en sí mismas y deslumbrar.
Una época en la que la única apuesta aceptable era la del color…
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10
-
11
-
12