La plata mexicana la conocían ya los conquistadores españoles que llegaron a aquella lejana orilla del Atlántico después de que lo hiciera Colón en la Pinta, la Niña y la Santamaría; tanto es así, que hubo entonces incluso una Ruta de la Plata, la que unía Zacatecas, lugar de minas de plata, con Ciudad de México para trasladar en su camino el quinto real... aquel impuesto del 20% que debía pagar cada mina a la conquistadora corona española.
Claro que la tradición platera era ya de antes mexicana y se conservan piezas tañidas en plata de años e incluso siglos antes y después de las carabelas españolas; es en esta historia en la que la creatividad de Daniel Espinosa encuentra el campo abierto en el que brillar y lucirse.
Hace 24 años que el joyero mexicano comenzó a trabajar la plata para luego bañarla en rodio blanco o incluso en oro, decorarla con miles de circonitas -nada menos que 25.ooo se pueden contar en su última colección- y a dar forma en ella a la tradición de la que nace y también a otras...
Además de un mundo de circonitas, en sus propuestas para este otoño y su invierno no falta la inspiración natural mostrada en motivos florales y esbeltas hojas, en irresistiblemente seductoras serpientes que nos recuerdan a Egipto o en los tigres de Malasia; México se muestra en motivos geométricos y la tradición artesanal en algunos acabados martelinados.
Y así como tú no complementas tu atuendo sólo en joyas, tampoco Daniel Espinosa se queda ahí y sus clutch para este invierno son... un pecado al que no te podrás resistir.
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