Swarovski acostumbra a sorprendernos y a enamorarnos a través de sus cristales, a través del brillo, el color y los destellos, en bellas y sugerentes campañas... pero nunca hasta ahora nos había elevado hasta Marte. Claro que, para hacerlo, ha contado con el Foro Espacial Austríaco en uno de esos encuentros mágicos que dan lugar a colaboraciones únicas de las que surgen productos hasta entonces impensables.
El planeta rojo es el protagonista de la última innovación de la centenaria firma austríaca y lo es en perfecta conjunción con la tierra; hay también algo de misterio porque del camino que recorre el cristal hasta fundirse con la tierra y con los restos de un meteorito caído desde el planeta rojo, sabemos poco, muy poco, los escasos apuntes que Swarovski ha compartido manteniendo el meollo del asunto en el más riguroso secreto, en el más discreto de los silencios.
Lo que sí sabemos es que el resultado son joyas únicas, irrepetibles y en edición limitada porque sólo existen 100 piezas en el mundo, numeradas.
Se trata de un compuesto de un meteorito caído en Marruecos, cuyo origen era Marte, y 33 muestras de roca de otros tantos lugares de la geografía del mundo, y todo en cristal de Swarovski ¿cómo? tan solo sabemos que la fusión se produce a elevadas temperaturas y que el resultado se denomina Tiuterra que, aunque no suena tan elegante y lujoso como un diamante es si cabe más exclusivo porque aquello de lo limitado de su edición y su número total de piezas.
¿Imaginas colgarte del cuello un cristal de Swarovski casi único en el mundo, un pedazo de marte y otro de la tierra? para ello tendrás que hacerte con una de las 100 piezas que ha fabricado Swarovski... o soñarla, nosotros te la mostramos para que te sirva de inspiración.