Estampados animales, fantasías orientales, formas caprichosas, cortes esféricos y tubulares, siluetas trapecio, tocados XXL, bordados extravagantes, texturas metalizadas…, todo ello aderezado con el brillo deslumbrante del cristal. De esta forma tan contundente Gaultier destierra para siempre el minimalismo –tendencia que, por otro lado, nunca ha sido su pasión, más bien todo lo contrario– y, enarbolando sin pudor la bandera del “más es más”, celebra su particular interpretación de la cultura del exceso con una colección exuberante.
Y si por norma nimiedades y pequeñeces no tienen cabida en ningún show Gaultier, esta vez, el enfant terrible de las pasarelas se supera a sí mismo y con la ayuda de Swarovski –¡nada menos que un millón ochocientos cuarenta y tres mil doscientos setenta y dos cristales de la firma han sido incorporados a sus diseños de la próxima temporada!– y BSO de “The Pink Panter”, el creador francés da rienda suelta a su lado más felino con modelos sensacionales y looks extravagantes con nombre de superheroínas y alguna que otra maligna Cruella de Vil, aunque las estrellas fueron, sin duda, las sofisticadas Xenia (que bajo su confortable visón oscuro mostraba ingeniosos motivos en cristal mesh) y Mata Hari, la “jaguar” del otoño.
Lo cierto es que, desde hace décadas, Swarovki y Jean Paul Gaultier han disfrutado de una plena y gratificante relación en la que los cristales han jugado un papel tan importante como luminoso en todas sus creaciones. Una relación definitivamente consolidada cuando el diseñador tuvo el placer de visitar, en abril de 2013, la sede de Swarovski permitiéndole descubrir todo el esplendor de una nueva gama de cristales que Gaultier no ha dudado en emplear para conseguir los extraordinarios efectos de su colección de Alta Costura Otoño/Invierno 2013/14.