Las campañas de Hermès son siempre un alarde de evocación, belleza y encanto, tienden a recrearse en el entorno creando un ambiente irremediablemente atrayente, casi hipnótico, en el que muestran sus elegantes y seductoras colecciones.
La próxima primavera promete así ser una suerte de transformación, un salir a la luz y al sol tras un largo invierno en el recogimiento al que obliga el frío; Hermès nos traslada a los frondosos bosques balineses que prometen playas de arena blanca sin mostrarlas, y entre esa vegetación inmensa y viva descubrimos la belleza.
Belleza en los modelos que posan para Hans Silvester –renombrado fotógrafo de lo natural- y belleza en las propuestas de Hermès, en los pañuelos, pareos, sandalias, bolsos y hasta en el tiempo de sus relojes.
Hermès nos propone una metamorfosis fresca y sugerente, un dejar atrás el abrigo de grises, tostados y chocolates para liberarnos de tejido y complementarnos en sugerentes verdes y azules entremezclados con seductores rosados, rojos y anaranjados.
Las propuestas de Hermès se integran así en lo natural y lo suave, en lo agradable de la naturaleza húmeda y protegida del inclemente sol de Indonesia y de verano en los bosques de Bali.
Imposible no rendirnos a Hemès ante lo subyugante y bello de su campaña de primavera.
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