La firma francesa estrena una colección de gafas-joya que no ha dejado a nadie indiferente. Con monturas en colores muy femeninos y tonos pasteles (rojos, rosas, burdeos, azules...), en ellas destacan las patillas, que se han decorado con un fantástico trabajo artesano de orfebrería en metal teñido de oro pálido envejecido o paladio.
Así, la colección cuenta con más de media docena de modelos, con grandes lentes ahumadas a juego con el acetato de la montura y líneas muy sinuosas. Las hay de aspecto felino, pero también redondeadas, con un aire vintage, y más urbanas y modernas. El encaje de metal, enteramente cincelado a mano, disimula elegantemente entre sus espirales y arabescos los códigos de la Maison: un trébol, una doble C y una camelia.
Es imposible no encontrar alguna que nos guste, aunque lucirlas exige un cuidado extra: no perderlas. Y es que su precio no es el habitual ni siquiera para Chanel: ronda los 1.000 €. La colección estará disponible en las boutiques de la maison a partir de noviembre.
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