Si digo Dior seguro que piensas en Charlize, en Mónica, en Kate, en Karmen, en Natalie, o en Sharon. Quizás porque lo que más ha trascendido de la lujosa firma francesa al mundo de los mortales, han sido sus campañas publicitarias de perfumes y cosmética.
Pero no hay que desilusionarse. Porque existe otra forma de lucir Dior que no sea a través de maquillajes y fragancias, y sin tener que recurrir a la prohibitiva alta costura. Hace unos años liderada por el excéntrico Galliano, y ahora en manos del modisto belga Raf Simons.
Y me refiero a las gafas. A sus gafas. Porque al igual que marcar mucho la cintura, fue desde sus comienzos lo que hizo singular a la mayoría de sus diseños de pasarela. Lo que ha caracterizado a sus gafas, a las de sol y a las de ver, han sido las monturas años 50, grandes, de pasta y en ocasiones con detalles brillantes.
Pero esta vez dejando los destellos a un lado, Dior ha diseñado unos modelos ricos en texturas, tanto en relieve como estampados. Grises, malvas, marrones y negros son las tendencias que nos propone.
Y como sabemos que las gafas son más que un complemento, es de recibo citar a Alejandro Dumas, quien admitía que la vida se presupone fascinante, a falta de mirarla a través de las gafas correctas. Así que ¿por qué no probar con estas? Sin duda parecen una buena opción.
#lifelooksgood by dior.com
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9