Tom Ford es, a sus 55 años, un hombre que mira la vida con las gafas que le permiten verla del color que quiere y, dado que él ha alcanzado ese estado de gracia en el que la vida se muestra a sus ojos del modo y forma que él desea, siendo como es también diseñador de moda además de director de cine, no puede negarnos una gafas como las suyas.
Y así presenta su nueva colección de gafas con una campaña terriblemente seductora y audaz en la que tanto las gafas femme como las uomo se convierten en un oscuro objeto de deseo; el tamaño importa y tanto si son ópticas como si son de sol, tanto si su montura es cuadrada o circular como si es de ojos de gata, tanto si es de acetato como si es de metal, tanto si son para ella como si lo son para él, son grandes.
Para Tom Ford se acabó el tiempo de las gafas discretas o pequeñas, si es que algún día lo hubo, para él todo es notable e importante, también las gafas, que son un complemento esencial frente al sol y frente a los ojos que ven menos de lo que deberían, son útiles pero también deben ser bellas, funcionales y sofisticadas, únicas, muy como Tom Ford.
En cuanto a precios, asunto éste que tiene su importancia, difícilmente encontrarás modelos por debajo de los 300 euros, la mayor parte de ellos rondan los 500 euros e incluso encontrarás alguno que alcanza los 1000 y hasta los 2000, no es es sólo el diseño, son también los materiales y lo cierto es que alguna de las monturas propuestas por Tomo Ford son joyas.
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