Belleza, glamour, elegancia, sofisticación, encanto, un toque a lo Audrey Hepburn, otro de misticismo y alguna gota de misterio además de una inagotable capacidad de seducción; todo eso es lo que descubrimos, a simple vista, en la nueva campaña de Karl Lagerfeld para Chanel, una dedicada a las gafas, tanto ópticas como de sol, para la que ha contado, como suele hacer siempre el genio alemán, con una cómplice de excepción: la bella británica Adwoa Aboah.
Esta campaña, como también las gafas, es pura esencia de Chanel, de ahí las perlas con dos C entrecruzadas, de ahí el blanco y negro y de ahí también ese glamour inherente a Coco y a su modo de ver y mirar al mundo, a su exquisito gusto y a su inconfundible estilo. Y todo ello reinterpretado por quien mejor ha sabido llevar al S.XXI el alma de la diva de la moda que no es otro que Karl Lagerfeld quien, tanto si le pesa como si lleva la carga con gusto, parsará a la historia de la moda con nombre propio pero también como el propio nombre de Gabrielle Chanel.
Con su cabeza casi rapada y su rostro pecoso, Adwoa Aboah, ha conquistado también a Karl Lagerfeld y ha confirmado, por si cabía alguna duda, que es un Ave Fénix renacida de sus cenizas porque esta modelo británica, de ascendencia ghanesa, más que vivir sufrió una terrible adolescencia y, depresión mediante, trató incluso de suicidarse; casi lo consigue (estuvo varios días en coma) pero renació cuando nadie lo esperaba y lo hizo para sobreponerse a su angustia personal y hacer de su carrera como modelo un camino por el que caminan sus convicciones y sus ganas de hacer del mundo un lugar un poco mejor, un poco más bello.
No nos parece mal plan mirar al mundo como mira ahora Adwoa Aboah y meno si es con gafas de Chanel...
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